Greenpeace se opone a la expansión de la industria de la salmonicultura. Detener la expansión de la industria, previene que se afecte irreversiblemente la fuente de desarrollo local asociada a otras actividades como la pesca artesanal y el turismo. Actualmente, la propia industria no puede seguir operando en algunas zonas debido al nivel de deterioro ambiental que ellos mismos han generado, como es el caso de múltiples centros en el Parque Nacional Alberto de Agostini. Greenpeace está a favor del desarrollo que respeta el medio ambiente ya que es la única vía que permite que las actividades se mantengan en el tiempo. Creemos que proteger la vida silvestre y propiciar ecosistemas sanos, permite también favorecer las economías locales.