La salmonicultura corresponde a una parte de la acuicultura (cultivo de peces y otras especies del mar) que consiste en el cultivo intensivo de distintas especies de salmónidos (salmón atlántico, trucha arcoiris, salmón coho,etc). Consiste de tres fases: Piscicultura (donde se “crían” los smolt o “salmones bebe) generalmente desarrollada en tierra cercana a fuentes de agua dulce como ríos y lagos, la fase de engorda en balsas jaulas en el mar y la fase de procesamiento (en tierra en las plantas de proceso).
En el caso de Chile, se trata de una actividad que introduce especies exóticas invasoras en grandes piscinas (del tamaño de una cancha de fútbol) para cultivarlos de manera intensiva y con altas densidades. Esto genera un hacinamiento de estos peces en las balsas jaula (generalmente instaladas en el mar, en canales y fiordos cerrados) que requiere un alto uso de químicos y antibióticos y genera múltiples desechos que contaminan las aguas y fondos marinos. Generalmente, esta actividad es desarrollada por empresas extranjeras multinacionales que utilizan hasta 800 veces más antibióticos para producir salmones en la Patagonia, de los que usan en sus países de origen (Noruega por ejemplo), zonas donde el salmón es nativo.